Vivimos rodeados de objetos y muebles. Algunos de ellos viven un montón de días y otros apenas duran unos meses. Así que muchas cosas que son útiles, agradables, fantásticas, decidimos que dejen de serlo y las convertimos en basura, en desecho.

Y ahí entramos nosotras: nos gustan los objetos, todos, incluidos esos que llamamos basura. Porque pensamos que todos los objetos no sólo sirven para lo que se crearon, sino que tienen más vidas.

Hemos decidido coger muebles desechados, maderas, cartones, pequeños objetos, y buscarles nuevos juegos y utilidades.

En esta ocasión a algunos vamos a darles una vida de carriles, subidas y bajadas, y a otros una vida como piezas de obras de arte que cambian continuamente con nuestro juego.